Esta superstición nació en China, durante la dinastía Tiang. El emperador Lyn Hi Tiang tenía solo una hija a la cual adoraba. La niña tenía un hermoso gato negro, que un día se escapó. Al ver el desconsuelo de su pequeña hija, el rey promulgó un edicto en su reino. Toda aquella persona que viera al gato de la princesa y no lo atrapase, sería condenado a la horca. Como era muy difícil atraparlo ningún habitante quería encontrárselo, ya que tenía miedo a la represalia del rey. Así se crea esta famosa superstición de que ver un gato negro trae mala suerte.
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F.S.